EspecialesMes del amor y la amistad

Un amor entre vinos y grafías

Miro Popic y Yolanda Quintana

Fue aquel 16 de julio de 1981 cuando se conocieron en una reunión entre amigos que se realizaba en un reconocido restaurante de la Capital, la magia ocurrió luego que ella a minutos de conocerlo le pide el  sombrero que llevaba puesto y se lo coloca, acción que deslumbró a Miro al observar tanta belleza y no dudó  colmarla de atenciones y de “todos los halagos posibles”.

«Las fechas importantes en nuestras vidas no se olvidan. Fue el 16 de julio de 1981 a las nueve de la noche en el restaurante La Tertulia, de La Candelaria. Fue en un encuentro entre amigos periodistas que nos reuníamos después del trabajo, para socializar, compartir ideas, beber y comer celebrando la vida. Ella era una joven diseñadora de El Diario de Caracas, ubicado en ese entonces en La Urbina. Yo un no tan joven escribidor de periódicos anclado en El Nacional, en El Silencio. Yo llevaba en esa época un sombrero pelo de guama y pesaba 20 kilos menos que hoy. A poco de conocernos, me preguntó por el sombrero, se lo pasé y se lo puso. Se veía más bella aún. Desde ese momento supe que ella sería mi compañera para siempre. Y aquí estamos. Del sombrero ya no queda nada. De ella, «todo» recordó Popic. 

«Después que me puse el famoso sombrero, Miro no dejó de atenderme, preguntando qué quería tomar que quería comer, que quería hacer y por supuesto todos los halagos posibles, de allí terminamos bailando en la Hawai Kai, y escoltandolo hasta su casa. Dijo que se le habían perdido los lentes y no veía bien y como vivíamos cerca le dije ok. De allí en adelante no me dejó tranquila. El 16 de julio del año siguiente nos casamos», alegó Yolanda. 

El amor los cobijó desde el minuto uno, tanto así, que el noviazgo duró un año y exactamente al año siguiente, el 16 de julio de 1982 estaban frente al altar jurándose amor eterno. Gracias a aquella noche, hoy cuentan con cuarenta y un años de casados, donde aún se divierten juntos y celebran cada día como pareja.

«Desde entonces, no nos hemos separado salvo pequeños viajes individuales por razones de trabajo. Pienso que deben ser más años ya que no sólo vivimos juntos sino que trabajamos juntos. Es decir, son 24 horas diarias de todos los días de estos cuarenta y un años en los que estamos juntos», afirmó Miro.

«Como novio fue especial, me dejaba notas por todas partes en el carro, en la puerta de mi casa, con la conserje del edificio siempre presente. Cuando nos casamos, yo trabajaba en El Nacional y compartíamos el hecho de ser periodistas cada uno en su tema. El año siguiente tuvimos a Veronika y después a Maikel, al final terminamos trabajando juntos. Y compartimos las 24 horas diarias como dice Miro. Este año cumplimos 40 años de casados y podemos decir que todavía nos divertimos juntos y celebramos cada día como pareja», comentó Quintana. 

Al consultarle cuál sería la mejor clave o secreto para que la relación sea duradera, Miro comenta que los secretos van cambiando con el tiempo. 

«Los intereses de hace cuarenta años no son los de hoy. Tampoco los deseos. Pienso que lo esencial es comprender que cada quien tiene su espacio y que la comprensión nace de respetar ese espacio, mutuamente. Ese es el punto de partida para superar diferencias y hacer un camino juntos.

Ya cada uno conoce su territorio, sus fobias y preferencias y nos respetamos mutuamente. A veces hacemos lo que yo quiero, a veces lo que Yolanda quiere. Bueno, al final, siempre lo que ella quiere o quisiera. Yo sigo poniendo la toalla húmeda sobre la cama todos los días a pesar de prometer no hacerlo más. Ella sigue poniendo un colgador de ropa en la perilla de las puertas y me tropiezo con ellos a diario. También promete no hacerlo más. Y así vamos, haciendo cosas nuevas a diario sin abandonar las malas costumbres atávicas que nos acompañan» reveló el esposo. 

Por su parte Yolanda recalcó que el secreto es respetarse mutuamente aceptar como es cada uno, compartir los buenos y los malos momentos. «Dar de parte y parte para lograr lo mejor y poder sobreponerse a las diferencias que puedan presentarse. Compartimos el gusto por la comida, desde escoger que vamos a comer, qué vamos a tomar y todos los preparativos para ese momento, él se encarga de cocinar; yo de arreglar la mesa y todo lo necesario para disfrutar esos momentos. Cada uno tiene su espacio», confesó la esposa.

Buena gastronomía y buenos vinos para conocer su buen testimonio de amor 

1.- ¿Qué tan importante es ser detallista en una relación?

MP: La vida está hecha de momentos, decía Borges. Más que un gran momento son preferibles los pequeños momentos, los más humildes, lo más simples y sencillos. Con ellos se construye a diario la felicidad.

YQ: Es muy importante, sea en el café de la  mañana, es arreglar la mesa con todos los detalles que nos gustan, es servir en la copa indicada. 

2.- ¿Cómo hacen para sorprender el uno al otro? ¿Es fácil o difícil hacer una reunión o fiesta sorpresa, comprar o dar un obsequio o algo inesperado?

MP: La sorpresa mayor, lo inesperado, es hacer bien lo que siempre hacemos mal. Casi todo lo planificamos juntos, los viajes, las reuniones, etc.

YQ: Compartimos planificar las reuniones, los viajes. Una sorpresa de vez en cuando siempre es agradable.

3.- ¿Qué es mejor, tener afinidades o diferencias, ya que los dos trabajan en la misma área?. 

MP: Ambas son necesarias y forman parte de la vida misma. Obviamente las afinidades tienen que mayores que las diferencias, todo  está en saber administrarlas. Pero como cada quien tiene su área de responsabilidad, siempre nos guiamos por el sentido común de lo que nos parece que debe ser.

YQ: Miro ya lo dijo.

4.- ¿Además de la relación de pareja, cómo es la relación de trabajo cuando les toca desarrollar proyectos juntos?

MP: Yo escribo, ella diseña. Lo venimos haciendo juntos desde hace más de treinta años, desde 1992 cuando montamos nuestra editorial. Son casi cincuenta publicaciones y en cada una afrontamos diferencias de criterio, de gusto, de estilos, en fin… Discutimos mucho y nos peleamos, pero solo hasta las 6 de la tarde. Cuando llegamos a casa y pasamos al modo hogar del modo oficina, cambia todo y no se habla más del problema, hasta el día siguiente cuando volvemos. El secreto es separar trabajo y hogar, aunque ambos transcurran en el mismo espacio físico. Los problemas laborales se quedan siendo laborales, en su horario, y no se traen a casa. Hay que separar las diferencias, no confundirlas. Si ella quiere poner una foto, por ejemplo, y yo otra, y no nos ponemos de acuerdo, eso no puede transformarse nunca en causal de divorcio.

YQ: Como dice Miro hay que saber hasta donde el horario de trabajo y no llevarlo a la casa, poder diferenciar una cosa de otra. Trabajar juntos trae sus satisfacciones al ver los esfuerzos y los éxitos compartidos.   

5.- Con respecto a las amistades, ¿Tienen amistades diferentes o son amistades en común?

MP: Obviamente las amistades son  comunes. Unas nos vienes del área de actividad mía, otras de ella. Obviamente cada quien habla más con unas que con otras, pero  como los recuerdos compartidos, al final, somos los mismos siempre.

YQ: Ya Miro, lo dijo.

6. Algunas anécdotas significativas y emotivas, que han tenido como pareja.

MP: Son tantas, imagínense, luego de tanto tiempo. Pero lo más significativo en todo este tiempo ha sido el caso de nuestro hijo Maikel. Muy pocos lo saben, pero él nació con una cardiopatía congénita grave, muy grave, tanto que no le dieron esperanzas de vida. Sin embargo, gracias a Dios y a la ciencia, siguió adelante. Fue la experiencia más dura de nuestras vidas. Fue operado a las 24 horas de nacido y luego tres veces más, en Estados Unidos, a los cinco, a los diez y a los quince años. Hoy tiene 36 años y tiene una vida feliz y productiva. Eso nos hizo más unidos, más fuertes y, también, más humanos y agradecidos.

7.- ¿Cuál es la mejor forma de celebrar el día del amor y la amistad en pandemia? ¿Qué harán este 2022 para ese día?

MP: Nosotros no celebramos una fecha en especial. ¡Nosotros celebramos TODOS los días el hecho de estar vivos! No hay que esperar una ocasión especial para descorchar burbujas, son las burbujas las que hacen especial el día. De todas maneras, siempre tenemos algún motivo, algo que nos gusta, algo que nos apetece que debemos agradecer. Todos los días deberían ser de la amistad y el amor. Sobre todo en pandemia.

YQ: Siempre que podemos lo hacemos.

Texto: Marcos Ojeda @macoslenin1

Edición: Berki Altuve 

Coordinación y Entrevista: Atahualpa Penzo @atapenzo 

Diseño y Montaje: María Victoria González @gonzalezmariavicky y Eduardo González @edoyanes

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