Devuélvanme a mi mundo real

Querida generación, hoy día del Niño debes saber que nos enfrentamos a un desafío monumental. La humanidad se encuentra en una encrucijada que amenaza tu futuro y el de tus descendientes. En este momento crucial, estás creciendo en un mundo dominado por la tecnología y el universo virtual; un ámbito que, sin solicitarlo, ha llegado a ser una parte fundamental de tu vida.

Aunque puede parecer más divertido usar unos lentes de realidad virtual y el teléfono inteligente, a largo plazo esto acabará con tu capacidad de apreciar lo real y lo bello de la vida. La constante inmersión en una realidad simulada te insensibilizará ante la majestuosidad de la naturaleza, haciendo que pierdas el sentido de asombro ante los paisajes impresionantes, los bosques frondosos, los mares vastos y las montañas imponentes.

La tecnología de realidad virtual, aunque avanzada y fascinante, no podrá reemplazar tu sensación al caminar por un parque, sentir la brisa en tu rostro, escuchar el canto de los pájaros, o ver una puesta de sol en el horizonte.

Además, la excesiva dependencia de lo virtual puede hacer que pierdas el amor y el aprecio por la creación humana haciéndote olvidar el milagro de la vida. Observar el nacimiento de una nueva planta, ver a un animal criar a sus hijos, o incluso ser testigo del nacimiento de un ser humano, son momentos que nos recuerdan lo maravillosa que es la vida.

Los responsables directos de esta amenaza del mundo virtual de inmersión son, sin duda, los videojuegos y las redes sociales en ocio, en dispositivos electrónicos. Estas plataformas, aunque ofrecen entretenimiento y una forma de conexión social, presentan riesgos significativos cuando su uso no es moderado y consciente.

Para el caso de los videojuegos debes saber, que quienes lo desarrollan no los diseñan con la intención de fomentar acciones positivas en ti, ya que los más populares de estos juegos están centrados en la violencia y el daño hacia otros personajes, que incluso llegan a representar como seres humanos. Por otro lado, también te encuentras constantemente seducido y abrumado por las redes sociales en ocio que hacen que derroches tu tiempo vital. Irónicamente, muchos de los creadores de estas tecnologías de inmersión no permiten que sus propios hijos las practiquen, conscientes de que la exposición ante estos puede generar graves problemas de aprendizaje y comportamiento en los niños y adolescentes.

Nosotros, los adultos, te hemos facilitado el acceso a estos medios con la creencia, en ocasiones errónea, de que te harán más competente en el ámbito tecnológico. Sin embargo, lo que muchas veces no comprendemos es que, lejos de proporcionarte una ventaja, estos dispositivos y plataformas de inmersión están creando en ti un mundo paralelo que te distancia de lo que realmente te define como ser humano.

Todos disponemos de un tiempo crucial para el desarrollo mental, conocido como la ventana de aprendizaje de procesos cognitivos superiores, que se extiende desde el nacimiento hasta el final de la adolescencia. Durante este periodo único y vital, donde se presenta la mayor plasticidad neuronal del individuo, se produce el maravilloso proceso de incorporación de conocimiento en el cerebro de manera más fluida. Teniendo la información que ingrese a este, un impacto duradero en tu capacidad intelectual y en tu desarrollo personal. Cada hora que dedicas al mundo virtual, especialmente a los videojuegos centrados en la violencia y a las redes sociales en ocio, es una oportunidad de aprendizaje valiosa que se pierde irremediablemente.

¿Por qué ocurre esto? Lamentablemente, existe un desbalance significativo en la creación de videojuegos: aproximadamente el 80% de ellos se enfocan en contenidos violentos, como dañar a personajes o participar en guerras. Igualmente, ocurre con el uso de las redes sociales, en donde su aplicación en modo productivo en niños y adolescentes tiende a cero, siendo utilizada prácticamente en ocio.  Y los desarrolladores de estos productos han identificado los elementos que impulsan su adicción en el individuo a través del análisis científico y con conocimiento de causa las siguen promoviendo haciéndolos altamente adictivos para los usuarios niños y adolescentes, capturando tu atención y destruyendo tu futuro.

Algunos padres cuando obsequian un videojuego, lo hacen con buenas intenciones, creyendo que están proporcionando una fuente de entretenimiento y diversión. Sin embargo, es posible que no estén completamente informados sobre los efectos que el uso de estos juegos puede tener en tu desarrollo. Pero muchos otros, aun siendo conscientes de que te puedes quedar atrapado frente a la pantalla como hipnotizado, optan por comprarte estos juegos. Lo hacen buscando ganar tiempo para sí mismos, dejándote de lado en un mundo paralelo sin considerar las repercusiones a largo plazo. Esta conveniencia momentánea puede resultar en un precio alto más adelante, cuando se enfrenten a un ser con habilidades cognitivas y sociales distorsionadas debido al exceso de tiempo dedicado al mundo virtual.

El reto consiste en encontrar un equilibrio. Debemos aprender a utilizar la tecnología de manera que mejore nuestra calidad de vida sin que nos consuma ni nos despoje de nuestro tiempo de vida necesario para desarrollar las capacidades humanas más esenciales: la empatía, la compasión y la conexión con nuestro entorno. La tecnología debe ser una herramienta que nos empodere, no una que nos controle.

Prometo acompañarte en este recorrido, proporcionándote las herramientas y el apoyo necesarios para enfrentar estos retos. Mi esperanza es que, juntos, podamos asegurar un futuro que no solo sea tecnológicamente avanzado, sino también sostenible y profundamente humano.

Solo te pido que le digas a tus padres… Devuélvanme a mi mundo real.

Jesús Eduardo Villarroel

@jesuseduardoeltiempo