«Simón» la otra parte de la historia que siempre nos dolerá
Atahualpa Penzo
Dicen que cuando un director a través de su película deja pensando por más de 24 horas al público sobre su trama logra su objetivo. Entonces, Simón logra esa conexión total y acertada, porque el público no solo se estremece al ver la cruda realidad que se vivió en la Venezuela de 2017, sino que también se queda pensando y conversando sobre este film dirigido por Diego Vicentini, que proyecta parte de las protestas masivas que vivió el país hace seis años y que arrojó un saldo de 121 muertos y casi 2.000 heridos.
Desde lo técnico es una película de alta calidad, cada detalle de las imágenes para recrear la historia, los encuadres y el excelente manejo del sonido se merecen todos los halagos y premios. Pero lo que potencia a este filme es el guion, que muestra las escenas coherentes, con diálogos acertados y justificados que van involucrando al espectador de forma inmediata para atraparlo y hacerle sentir lo que padecen todos sus personajes.
Con esa sutileza y naturalidad de las actuaciones y una cámara muy cercana (más que un primer plano) los xx minutos involucra al público en sentimientos de rabia, impotencia, tristeza, angustia, culpa, perdón y esa anhelada calma que aquieta ciertos pensamientos, que por momentos nos genera alguna alegría. Pero seguramente siempre estará latente los hechos vividos, esos recuerdos que a veces causan traumas o ciertos desvaríos mentales qué podrían rayar en las alucinaciones o esquizofrenias.
Así es Simón, una historia venezolana llena de un increíble sentimiento que despierta esa emotividad y solidaridad. Una historia sin fecha de caducidad que continuará vigente por mucho tiempo o por lo menos hasta que muchas generaciones -quienes vivieron esos marcados años- dejen de existir y que -incluso- podría pasar a la historia como la película venezolana que logró conmover, estremecer e impactar al público por su argumento de ficción realista que se basó en un hecho o mejor dicho en miles de hechos reales.
Tal vez lo más estremecedor es el desenlace muy cercano al final, justamente allí se puede apreciar la carga emotiva de Simón interpretado por Christian McGaffney. Precisamente con ese recurso cinematográfico (bien equilibrado y sin abusar) el director Vicentini le da ese giro inesperado que sorprende, trastoca, alecciona y conmueve al espectador.
Desde el 7 de septiembre, gracias a Mundo de Película, usted podrá ser parte de la historia de Simón que le permitirá conocer a este joven universitario venezolano que muy probablemente sintió lo que usted mismo sintió, pero que probablemente algunos no hicieron: luchar en las calles, enfrentarse y defender los ideales de libertad y justicia.
Detrás de la mente creadora
Esta ópera prima de Vicentini, según la nota de prensa, fue creada después de un proceso de investigación y basándose en diversos testimonios de entrevistas registradas por él sobre los acontecimientos sociales suscitados en el país en el año 2017. En ese año, Vicentini estudiaba la maestría de cine en el New York Film Academy, cuando decidió desde su especialidad contar una historia que le diera voz a tantos jóvenes de su generación para abrazar a su país natal desde el reencuentro. “Simón” para él significa una historia de ficción que espera transformar el dolor en amor. La película fue filmada en Miami, durante la pandemia, en el año 2021, junto a un equipo técnico y artístico en su mayoría de Venezuela.
Sinopsis oficial
Se trata de la historia de un líder estudiantil venezolano, que escapa a Miami en busca de asilo político. Allí conoce a Melissa, una joven americana estudiante de derecho que decide ayudarlo con su caso. Sin embargo, pedir asilo significa revivir los crudos eventos que lo hicieron salir de Venezuela. Simón tendrá que confrontar su propia rabia, su culpa y su tristeza. El tiempo se acaba y Simón debe decidir si olvidar para siempre su pasado y empezar una nueva vida, o volver a su país y retomar su lucha.
El elenco lo encabezan: Christian McGaffney, Jana Nawartschi, Roberto Jaramillo, Luis Alejandro Silva, Franklin Virgüez, Pedro Pablo Porras, José Ramón Barreto, Shakti Maal, Prakriti Maduro y Arianne Girón.
El amor no es un sentimiento tierno, sino un deseo constante del bien último del amado en la medida de lo posible