Mirna Ríos
Hablar de Mirna Ríos es conectarnos con la buena música, con esos recuerdos memorables del pasado y del presente, con el honor de poder disfrutar a un ser humano emblemático dentro y fuera de nuestras fronteras.
Es común ver a Mirna Ríos en presentaciones durante todo el año, en especial en estas fechas decembrinas, pero quisimos saber cómo disfruta Mirna de las navidades fuera del escenario.
Nos contó lo especial que es para ella la navidad, no solo por la importancia del Nacimiento del Niño Jesús, sino por la oportunidad que tenemos de potenciar valores, como el amor, la amistad, la generosidad. “Significa reunirnos en familia, la alegría de compartir la cena navideña, planificar con ilusión el próximo año y reflexionar sobre todo lo que hicimos en el año que dejamos atrás”, precisó Mirna.
¿Qué es lo que más te gusta de la Navidad?
Compartir con los nuestros, la alegría de nuestra cena navideña, de expresar nuestro amor a través de un regalito, escribirle a los amigos unas líneas para decirle lo importante que han sido en nuestra vida.
Su corazón en Venezuela y España
Estas fechas navideñas lo que queremos es estar cerca de nuestros seres queridos, es por eso que Mirna comparte sus navidades entre Venezuela y España, en donde se encuentran sus hijos.
“Una fecha la paso acá, otra la paso allá, pero lo importante es decirle a tus hijos cuánto los amas y necesitas. Para eso a veces se nos hace difícil. Pues tener que dividirnos en dos. Me gustaría pasar las Navidades en cualquier lugar siempre y cuando esté con mis dos hijos” nos comentó Mirna.
Otra gran fiesta navideña
¿Celebras la llegada del Espíritu de la Navidad?
Celebro el espíritu de la Navidad todos los años porque tengo una sobrina, Marjorie, que cumple año ese día y se nos ha hecho una fiesta navideña todos los años. Buscamos un bol y colocamos nuestros deseos en ese bol de cuarzo y decretamos metas y soñamos a granel todos en la familia. Siempre agradecemos la salud y todo lo acontecido en el año. Pedimos amor, paz, prosperidad, armonía por el mundo entero y siempre hacemos rituales con velas. Nunca faltan las velas y los rituales en mi casa.
Diciembre es el mes de la locura
¿Qué comes más o menos en Navidad?
Me harto de hallacas, ensalada de gallina, no la pelo en ninguna casa. El pernil jugosito que nos dan en todas partes, esas tortas y los dulces. Me como todo lo que encuentre. En enero entro en modo arrepentimiento, y paso como 15 días por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa. Me pesa de haber comido tanto, Dios mío. Y empieza mi palabra, arrepiéntete, pecadora. Pero a partir de ese momento; empiezo a comer comida a la plancha. Porque, diciembre es el mes de la locura.
¿Qué te gusta más el 24 o 31 de diciembre?
Me gusta más el 24 porque siempre está toda la familia y siempre te ves con todos los amigos. El 31 unos hacen muchas fiestas, hay gente que se va para la playa, otros se van de viaje, otros se quedan en guayabados, otros se acuestan a dormir. O sea, el 31 es ese día que te recuerda todo el año y todos los acontecimientos que te sucedieron. Y no te olvides que cada quien tiene su historia y la cosa no es tan papaya.
Las anécdotas más increíbles de Mirna son para gozarlas
¿Tienes alguna anécdota graciosa en Navidad que siempre recuerdes?
Tengo una anécdota muy simpática que mi familia siempre la recuerda y se burlan de mí por eso. Hubo una Navidad que yo era muy jovencita y ese día me puse desde temprano a tomar ponche crema. Yo iba y me servía en un vasito y me lo tomaba corriendo antes que mi mamá me viera. Entonces, llegaron las 12 de la noche y yo no estaba. Me metí una soberana pea y me dio por llorar, me paré detrás de una puerta en mi casa. Ahí me quedé horas parada. Me buscaban por todas partes. Eso fue un revuelo porque no me encontraban. Y yo estaba detrás de una puerta parada llorando mi pea. Solo a mí se me ocurre. Y gracias a Dios que era de ponche crema.
Tengo otra anécdota, es así como vergonzosa, resulta ser que me fui con una amiga al bulevar de Sabana Grande a comprar un árbol de Navidad cuando llegué al sitio, no me gustaron los árboles que había en ese momento.
Pero un niño, se me acercó y me dijo que le comprara tumbarrancho, silbadores, luces de bengala y yo le compré un buen paquete de todo eso para ayudarlo. Cuando venía de regreso le digo a mi amiga, vamos a irnos por la Cota Mil porque allí se paran los novios en los carros.
Yo me puse a lanzar silbadores y la gente se empezó a parar, a ver qué es lo que estaba pasando.
Lo que me quedaron eran los tumbarranchos, esas cosas que sonaban durísimo. Y empecé a explotarlos y me privaba de la risa. Mi amiga me decía “esto es peligroso”, Yo le respondí: no niña, vamos a dejar todo eso aquí, para qué vamos a llevarnos eso para la casa. De repente llegó la policía, no sé de dónde salieron. Llegó una patrulla de la antigua PTJ. Y me dicen, quién está lanzando esos cohetones.
Yo le dije, yo no sé, yo estaba aquí viendo el paisaje. El policía me dice ¿está segura?
Le respondo claro que estoy segura y me dice, yo la estoy viendo desde allá arriba, bájese del vehículo, deme los papeles, mi carro estaba, nuevecito lo acababa de comprar y para rematar no tenía los papeles de compra, que requería el policía. Entonces me dice, quedan detenidas y mi amiga se guindó a llorar y llorar.
Nos montaron en la patrulla y nos llevaron para una sucursal en El Recreo y le dice el policía al otro que estaba en la recepción: me las meten en el calabozo a las dos y me las deja sin comunicación por toda esta semana.
El policía se fue. Entonces el que recibió la orden me pregunta, pero ¿qué fue lo que hicieron? Yo le digo nada a ese hombre, lo que está es loco. Usted me deja hacer una llamada, por favor, yo tengo derecho de llamar a mi familia, yo no he cumplido los 18 años.
Yo tenía 17 y había comprado mi carro, inclusive a nombre de mi hermana. Entonces me prestaron el teléfono y llamé a mi casa cuando dije que estaba presa, mi familia llegó volando con un abogado de mi hermana.
El policía dijo llévenselas, yo no sé por qué las trajeron para acá. Hoy me río muchísimo de esa anécdota.
Le gustan las personas alegres y que la hagan reír
Imagínate por un momento que tienes la suerte de compartir la Nochebuena con una figura famosa, ya sea que esté viva o muerta. ¿Quién sería esa persona y por qué?
A mí me hubiese gustado compartir una noche de Navidad, que dentro de mi grupo de amigas estuviese Lucy Ball. ¡Ah!, porque yo todavía veo esas películas y las busco. Para mí ella es mágica. Porque estoy segura de que pasaría toda una Navidad riéndome con ella. Me gusta la gente alegre, me gusta la gente que me haga reír.
Estoy segura que entre Lucy Ball y Charles Chaplin, también, me hubiese gustado estar en esa época, hasta del cine mudo, no importa. Yo me reiría a carcajadas con esa gente que fue magistral en el mundo de la comedia. ¡Woao!, que mejor regalo que pasar una Navidad riéndote.
Qué nos trae Mirna para el 2024
¿Proyectos personales y profesionales para el 2024?
No me gusta mucho llenarme de proyectos, sino que me gusta más ir haciendo las cosas en el presente, con mucho entusiasmo, con mucha fortaleza, haciendo cosas de a poco a poco. Pero siempre en unión de los míos, en unión de mi país y dentro de mis proyectos, tanto personales como profesionales, está todo.
Está el arte, están los venezolanos, mis hijos, mi familia, están todos. O sea, mis proyectos continúan en el mismo camino, brindándoles a los venezolanos arte y pidiéndole mucha salud a Dios por ello.
¿Si tuvieras que darles un mensaje a los venezolanos, qué le dirías?
Que le demos mucha prioridad a nuestra salud, que la cuidemos como una tacita de oro, porque sin salud no podemos hacer nada. Después que nuestros planes, nuestros proyectos los hagamos a corto plazo para irlos viendo realizados, que podemos dividir el año en tres etapas e ir así.
Cumplo la primera etapa y luego voy con la segunda etapa y luego la tercera, pero ir haciéndolo poco a poco, marcando paso por paso, con certeza y con firmeza de lograr las cosas. No perder el horizonte, ¿cómo se dice? Afianzarnos, amar lo nuestro, tener ese sentido de pertenencia por nuestra Venezuela.
Creo que todavía no hemos concientizado mucho lo importante que es nuestro país y todas las riquezas que tenemos. Hay un eslogan por ahí, que dice, borrón y cuenta nueva.
Bueno, vayamos con ese eslogan para el próximo año. Feliz Navidad para todos los venezolanos, llenos de mucho amor, les mando mucho amor y mucha sabiduría. Dejar que nuestra sabiduría nos lleve, nos guíe la sabiduría de Dios. Bendiciones para todos. Los quiero muchísimo.
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