La realidad social de «Barbie», una muñeca estereotipada
Atahualpa Penzo
Edición Especial: Roxi Tovar
Recientemente se estrenó la película de Warner Bros. Pictures «Barbie», distribuida en Venezuela por Blancica.
El filme dirigido por Greta Gerwig, ha sido sin duda el estreno comercial más comentado y a su vez aplaudido, criticado o rechazado. Solo en Estados Unidos, al exhibirse en 4.243 cines este fin de semana, recaudó 155 millones dólares, lo que supera a “The Super Mario Bros. Movie” (y a todas las películas Marvel de este año) como el mejor estreno del año y rompiendo el récord para el primer fin de semana de una película dirigida por una mujer.
Mi apreciación
Para mí es una buena opción para divertirse. Pero más allá de pasar un buen rato, honestamente el filme siembra esa sensación de la realidad social que vivimos y que muchas niñas con el pasar de los años han experimentado. Quizás, hay generaciones que no sospechan lo que hay detrás de esta icónica muñeca, que sigue siendo para las niñas una de las favoritas para jugar.
Detrás de ese mundo rosa y maravilloso que habitualmente solemos ver con los distintos tipos de juego que implica para las pequeñas tener una Barbie, la película protagonizada por Margot Robbie -como Barbie- y Ryan Gosling -como Ken-, refleja lo que hay más allá de un simple juguete.
De hecho, la producción no es para niños, lo recomendable es para preadolescentes a partir de 13 años de edad. En algunos países la han catalogado con censura tipo B. Claro está que no contiene escenas de sexo ni violencia.
«Barbie» muestra un argumento que plantea la desigualdad de géneros, con un simpático guion que invita a la reflexión sobre la sociedad donde estamos actualmente y quién domina a quién.
A su vez, el papel de Ken en la historia le aporta esa significación de encajar y descubrirse con ese amor propio que plantea la historia. No imaginé el peso que tendría en la película el papel de Ken, que por lo general es poco comprado en comparación con la solicitada Barbie. De allí, sale el eslogan «Ella lo es todo, Él solo es Ken».
Las opiniones sobre esta inédita entrega son diversas, pero al ver las actuaciones de Margot Robbie y Ryan Gosling la satisfacción en mi caso fue aceptable. Además, los efectos y recreación de cada ambiente, con cada vestuario es lo más cercano posible a ese mundo de plástico mágico para las niñas y ahora para los adultos, con esta historia de carne y hueso, que va más allá de la fantasiosa y deslumbrante vida de una Barbie Estereotipada.
Si usted es un cinéfilo que busca una película con mayor profundidad, deberá seleccionar otra opción. Pues, para todos los gustos hay películas. Y aunque algunos la vean muy superficial, el guion deja una reflexión en los espectadores. Hay que tener en cuenta que la historia es sobre una muñeca infantil, no sobre una heroína, ni mucho menos sobre un hecho de la vida real.
Así que, si quiere disfrutar, relajarse, reír y sacar su propia opinión, le invito a ver la producción en la gran pantalla para adentrarte en el mundo de Barbie y Ken: dos personajes que seguramente le parecerán más reales de lo que llegó a imaginar.
Por cierto, próximamente se realizarán algunos cines, foros con especialistas para analizar la historia que hay detrás de dichos personajes.
El código de vestimenta es color rosado
Algo que llama la atención es comó la mayoría de los asistentes, tanto hombres como mujeres acuden a las salas de cines vestidos de color rosado o por lo menos llevan una pieza de dicho tono para lograr una combinación que esté a la altura del mundo de Barbie.
A lo largo de la historia, los diseñadores, artistas y marcas han jugado con las emociones que evoca el color, dando forma a significados en constante evolución. Desde el género hasta la clase, esas asociaciones han sido desafiadas, cambiadas y subvertidas constantemente, mientras que la definición de rosa cambia, hay una constante: su poder de permanencia cultural.
