El legado financiero a través de las palabras de tus padres
La influencia del discurso parental en nuestras finanzas es un tema complejo y multifacético, y es que las palabras tienen poder, especialmente cuando provienen de las personas que más admiramos: nuestros padres o figuras significativas durante la niñez. Sus frases sobre el dinero, aunque sean sutiles, pueden grabarse en nuestra mente y moldear nuestra relación con el dinero y nuestras finanzas en la adultez.
Desde pequeños, absorbemos como esponjas las ideas y creencias de nuestros padres, y en mayor grado, modelamos sus hábitos y comportamientos en todas las áreas de la vida. Sus opiniones sobre el dinero, ya sean positivas o negativas, pueden impregnar nuestra forma de pensar y actuar. Por ejemplo, si nuestros padres constantemente expresaban preocupación por la falta de dinero, es probable que desarrollemos una mentalidad de escasez y miedo al riesgo.
Frases como «El dinero no crece en los árboles» o «No podemos permitirnos eso», «Los ricos están contados», «hay que arroparse hasta que llegue la cobija», «el dinero es lo más sucio que hay y la falta de conversaciones abiertas sobre el dinero en los hogares, pueden generar sensación de limitación y desconfianza en la capacidad de generar riqueza a futuro, sentimientos de resentimiento o envidia hacia el éxito económico, un aura de misterio y tabú alrededor del tema».
Todo este bagaje de información lo llevamos en nuestro inconsciente sin siquiera saberlo, convirtiéndose en creencias desde las cuales vemos el mundo y actuamos en él. De esta manera, creamos nuestra relación con el dinero y se manejan las finanzas siguiendo el patrón aprendido, dificultando así la toma de decisiones financieras informadas.
La buena noticia es que podemos reprogramar las creencias limitantes que heredamos de nuestros padres o cuidadores, y ser un factor de cambio propio y para nuestros hijos, ya que, si nosotros somos capaces de hacerlo distintos, ellos no seguirán el mismo patrón ni escucharán los mismos discursos, lo que hará posible que su pensamiento sea diferente al que escucharon sus padres.
El primer paso para reprogramar esas creencias y patrones es estar alertas y presentes en el aquí y el ahora, a fin de identificar las ideas negativas que tenemos sobre el dinero y comprender cómo nos están afectando. Luego, podemos reemplazarlas con creencias positivas y empoderadoras, que nos lleven a tener un nuevo concepto del dinero y las finanzas, esta reprogramación debe partir del ser, de hacer consciente donde estás y que es lo que piensas y sientes, porque de lo contrario no se visualizara ningún cambio, nada cambia si tú no cambias.
En algunos casos este proceso requiere de acompañamiento y asesoría, ya que por lo general tendemos a sabotearnos el proceso, y hay dinámicas ocultas que solos difícilmente seamos capaces de ver, así mismo para que nuestros hijos entiendan los conceptos básicos de las finanzas personales y el uso del dinero, es vital que reciban aparte de nuestro ejemplo, una dosis de educación financiera que les permita tomar decisiones certeras con relación al dinero cuando les toque en la vida. Esto será tema de un próximo encuentro.
Militza Wilson