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Cada “Semana Santa”, invita a una conversión sincera de vida, recogimiento espiritual y de volver al Sacramento de la Confesión

Gustavo Velutini Luning

@cinefilo50

La Iglesia Católica esta conmemorando una nueva Semana Santa, donde se invita a todos por igual, a estar en oración, con el fin de reavivar una verdadera “Conversión de Vida”, con el propósito de alcanzar la vida eterna y de encontrar la paz interior para poder sobrellevar el día a día, con sosiego y confiando en todo momento en la GRACIA de DIOS (infinita bendiciones y que nunca nos abandona, a pesar de las adversidades mundanas), en su  generosa bendiciones a través de la Divina Providencia y  sin duda, en su grandísima Eterna Misericordia.

Los días santos inician con el Viernes de Concilio y sigue al Domingo de Ramos, para llegar al Triduo Pascual, donde la Iglesia y la feligresía solemniza de manera sentida la “Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús”.

Este año se retoman las acostumbradas procesiones, tanto del Miércoles Santo (con las imágenes del Nazareno), Viernes Santo (con las tallas de la Virgen de Dolores y el  Santo Sepulcro) y de Domingo de Resurrección (con la imagen  de Jesús Resucitado).

Todo ello con las estrictas medidas de seguridad de «anti contagio: Covid19» (siempre con la mascarilla puesta y guardando el debido distanciamiento social).

La Semana Santa es vivir en primera persona el inmenso de deseo de reflexionar en el tema CONVERSIÓN, que invita a morir al pecado y resucitar a un nuevo porvenir espiritual-terrenal, en medio de una enmienda de vida (ello, tras haberse confesado con un sacerdote católico), además, es un reavivar de la “FE” en DIOS, la cual  una vez se tuvo con mucha devoción cuando se era niño, pero al realizarse la Primera Comunión y al ir creciendo, esa FE se diluye por la pérdida de la inocencia en toda persona, a raíz de la soberbia, lujuria, envidia, egoísmo, pereza, ideas dictatoriales, por decidir quien vive o no, y por supuesto, a causa de los terribles desórdenes de índole sexual (más en estos tiempo, que se vienen cometiendo desde muy temprana edad y en los adultos, de una manera perjudicial).

Hoy por hoy la excesiva utilización de celulares e internet, son una perfecta vía de caer en vicios y hacerse cosas indebidas, que atenta directamente contra la moral de las personas, (especialmente en adolescentes, y en toda persona sin escrúpulos), lo que lleva a  irrespetar abiertamente los 10 Mandamientos, muy especialmente el 6 y 9.

Lo triste de todo ello, que se sucede aceleradamente, por la ausencia de los valores de familia y por la falta de  comunicación de padre e hijos.

Este caminar a la Semana Mayor inicia año a año con el Miércoles de Ceniza, que marca el tiempo de la Cuaresma, siendo 40 días de recogimiento espiritual, orientado a un cambio de vida. Por lo tanto, esto invita a tomar la autopista al cielo y con ello, alcanzar la Salvación Eterna, por tal motivo todo ser humano debe (y debemos) aumentar la Fe en DIOS Padre, DIOS Hijo, DIOS Espíritu Santo, además, el volver  con Fe los 7 sacramentos de la Iglesia Católica, los cuales son: Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Confesión, Unción de los Enfermos, Orden Sacerdotal y el Matrimonio.

Del Domingo de Ramos a miércoles Santo

La Semana Mayor comienza recordando la entrada triunfal de “Jesús a Jerusalén”, día en que la iglesia católica bendice las palmas y son distribuidas a los feligreses.

Todo ello, en el Domingo de Ramos.

El  lunes se dedica al paso de “Jesús en la Columna”.

Las misas del día martes se centralizan en la “Humildad y Paciencia de Nuestro Señor Jesucristo”. Además, se suele administrar el sacramento de la Unción de los enfermos.

El Miércoles Santo está dedicado a “Jesús Nazareno”, día en que muchos feligreses visten de morado.

Un día de gran recogimiento espiritual, porque en cada iglesia hay un Nazareno esperando por sus devotos.

Para darse paso al Triduo Pascual, siendo los días mayor solemnidad de la Semana Santa, que corresponden al jueves, viernes y sábado.

El Jueves

La iglesia nos dice como Jesús «El Hijo de Dios», hecho hombre, instituye el Sacerdocio y la Santa Eucaristía, en la Última Cena, con lo cual se nos dice y se ratifica que EL está presente en la Hostia viva, que resulta ser su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad (haciéndose presente, en cada consagración en cada misa).

Tras toda celebración eucarística, se suelen reservar las “Hostias santificadas”, en el Monumento.

Con esto, se recuerda las horas adversas que vivió Jesús, desde el mismo momento que fue apresado, hasta que fue sentenciado a Muerte de Cruz, siendo horas de gran sufrimiento, porque fue azotado, insultado, traicionado y enfrento un injusto juicio, acompañado de azotes inhumanos, la colocación de una corona de espinas y de una sentencia de muerte, en Cruz.

Es así como Jesús, toma la Cruz, para iniciar el camino hacia el Calvario, este último da paso de la Pasión y Muerte, lo que la iglesia solemniza cada viernes santo.

A partir de que la “Hostias Santificadas” son llevadas al Monumento (sagrarios arreglados para la ocasión), se da inicio a una costumbre muy venezolana, la visita de las siete iglesias, donde se va orando por la Iglesia toda (sacerdotes, religiosas, diáconos, seminaristas, novicias y por el Papa), la conversión de todo ser humano, la santa educación de la juventud, por la paz mundial, por el respeto a la vida desde el momento de su concepción, por el perdón de los pecados, por una mejor Venezuela, por el derecho y respeto a la dignidad humana, por los inmigrantes, enfermos, moribundos como por el restablecimiento del Sacramento de la Confesión (en toda persona).

Igualmente, están las intenciones personales de cada persona y familia, además, se ora también por el eterno descanso de las santas almas del Purgatorio, por el fin de las tragedias provocadas por las mentes sin alma e inmaduras de comportamientos mezquinos (o sea de políticos inescrupulosos como de mentes capaces de fomentar vicios, a través de canciones, temas de brujerías, redes sociales y equivocas modas de momentos, etc.).

En fin, cada persona va presentando ante DIOS sus preocupaciones y agradecimiento, esto último por  su Misericordia, quien decidió morir por Ti (por todos) en una cruz, para redimirnos del “Pecado Original”, invitándonos a seguirle con FE en todo momento (a pesar de las caídas, en pecado), pero siempre y todo momento debemos DAR GRACIAS, por los favores recibidos.

Viernes Santo

Las actividades religiosas del viernes están marcadas por la Pasión y Muerte del Señor, que recuerda con suma devoción el sacrificio doloroso de Jesús, al inmolarse en la cruz, por los pecadores.

Es por ello que se tiene en programación, el rezo del Vía Crucis.

En este de viernes dolor, no hay misa, pero se celebran los oficios, que contemplan la lectura de la Pasión y la adoración de la Cruz.

Posteriormente, en algunas iglesias, se suelen desarrollar procesiones con las imágenes de la Virgen de Los Dolores, de la Santísima Virgen con Jesús muerto, en sus brazos y por supuesto la del Santo Sepulcro.

Igualmente se tiene el inicio de la novena de Jesús de la Misericordia. Al término de todos los actos del día, el duelo se apodera de todos y las iglesias se cierran, recordándose que Jesús fue sepultado (por ello los templos católicos  permanecen cerradas el sábado).

Del Sábado de gloria al Domingo de luz

“JESÚS HA RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS”

De nuevo las iglesias abren sus puertas el Sábado, exactamente hacia final de la tarde, para  conmemorar la triunfante Resurrección de Jesús, porque al tercer día, EL resucito de los entre muertos, siendo Luz de Luz, para la salvación de todos ser humano, sin distinciones.

Los actos del “Sábado de Gloria”, o sea de la Resurrección del Señor, se conoce como la “Vigilia Pascual”, dividiéndose en dos partes.

Primeramente se abarca la Celebración de la luz, que viene siendo el prender el cirio pascual, lo que representa la Luz y divinidad de Cristo resucitado.

Lo segundo, la Celebración de la Palabra, momento en que se leen varias lecturas y salmos, hasta que se entona jubilosamente El Gloria, señal de que el Hijo de Dios, ha resucitado.

Tras el canto del Gloria, se celebra con inmensa alegría la Celebración  de la Eucarística como la Bendición del Agua (con ello, la renovación de las promesas bautismales), conmemorándose la GLORIOSA RESURRECCIÓN, para llegarse a al Domingo, en el que se sigue celebrando el milagro patente de la Resurrección, y con ello la culminación de la celebración de la Semana Santa.

El Sacramento de la Confesión, una práctica de todo católico, por ser medio de perdón

¿Cómo se llega a ello?: por medio de un examen de conciencia primero, teniendo en cuenta los 10 Mandamientos, para luego recurrir al Sacramento de la Confesión, con un sacerdote católico, quien tras un pequeño dialogo, el padre, dará la “ABSOLUCION” y dictara alguna penitencia (que se deberá cumplir y confiando siempre en la Misericordia del Perdón), para así el asistir a misa y comulgar.

La aptitud de conversión debe manifestarse, al no querer  volver a pecar, lo que debe fluir en todo momento, más allá de la Semana Santa,

Si se volviera a caer en pecado, simple, volver con FE y arrepentimiento sincero, al Sacramento de la Confesión (del perdón de los pecados).

El Papa Francisco ha reiterado muchas veces lo siguiente: _“Si estás en pecado grave no debes recibir la Comunión. Ya que cuando por la fragilidad humana, se comete un pecado que vaya en contra de uno de los diez mandamientos, no debe  acercarse a la Sagrada Comunión, sin antes de haber obtenido la absolución por parte de un sacerdote, gracias al  sacramento de la Reconciliación o Confesión. Cumplido ese paso, la persona puede encontrar a Cristo en la Santa Comunión”_.

LA FIESTA DE LA «MISERICORDIA» SE CELEBRA, TRAS EL DOMINGO DE RESURRECCIÓN

La Misericordia de Dios es tan bondadosa, que a través de Sor María Faustina, Él nos dice:

–“Antes de que Yo venga como Justo Juez, abro de par en par las puertas de Mi misericordia. Pero el que no quiera entrar por las, puertas de Mi misericordia, tendrá que pasar por las puertas de Mi Justicia”-.

Estas palabras son del propio Jesús, que la transmitió a la religiosa Sor María Faustina, el 22 de febrero de 1931, en Polonia, no solo dijo esto, sino muchas cosas más.

Por petición del propio Jesús, ella lo pintó como lo vio y pidió que la fiesta de su misericordia, se celebrara el domingo siguiente, al Domingo de Resurrección.

Este año se celebra el día 16 de abril.

La Fiesta de la Misericordia va acompañada de una novena de salvación, que fue dada a conocer por Sor María Faustina y avalada por San Juan Pablo II, la cual se inicia el Viernes Santo y culmina el sábado siguiente (o sea del 7 al 15 de abril).

Con el rezo de la novena otorga muchísimas bendiciones al alma de quien lo lleva adelante, como de quien la da a conocer.

9 días donde se ruega por que la Misericordia de Dios colme a toda la Humanidad (primer día), por los Sacerdotes todos (segundo día), por los fieles cristianos (tercer día), por todos los paganos e infieles que viven en la ignorancia de la Misericordia Divina (cuarto día), por la conversión de los herejes y cismáticos que desgarran  el Cuerpo Místico de Cristo (quinto día), por los niños pequeños y por aquellas almas que se han hecho iguales a ellos en su pureza y simplicidad (sexto día), por todos los adoradores  de la Divina Misericordia y por los que la pregonan, para que se hagan iguales a la imagen Viva del Misericordiosimo Corazón de Jesús (séptimo día), por las almas de Purgatorio, para que el torrente de la preciosa Sangre de Cristo Jesús, disminuya y alivie sus sufrimientos (octavo día) y por las almas tibias e indiferentes, que aun viven en esta humanidad (noveno día).

Cabe recordar que esta celebración de la FIESTA DE LA MISERICORDIA, fue impulsada por San Juan Pablo II, con la cual se busca la salvación eterna de las almas vivas.

En todo momento la Iglesia nos recuerda lo siguiente: _“Convertíos, Creed en el Señor y en la Santa Iglesia, porque la hora está cerca”_ (refiriéndose a su Segunda Venida, para juzgar a vivos y muertos)”.

Desde ya, este servidor le desea: “Felices Pascua de Resurrección”, cuya alegría de FE y espiritualidad en esta tierra venezolana se prolongara más allá de esta Fiesta de la Semana Mayor, porque el 30 de abril se cumplirá dos años de la Beatificación de José Gregorio Hernández.

La Iglesia dedica el mes de mayo, a la Virgen María,  estando la gran celebración del 13 de mayo, por ser otro aniversario de la Aparición de la Santísima Virgen de Fátima, a tres pastorcitos en Portugal.

Grande es la “FE”, porque se está manifestando en todo momento, a cada minuto, cada mes, cada año, en todo ser humano.

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