Cultura y Entretenimiento

Arte latinoamericano de inversión

Si al arte latinoamericano de inversión le preguntásemos donde reside su incógnita, la réplica sería con infabilidad que su síntesis reposa en la maestría de la vida. Tras lo percibido anteriormente, los grandes inversionistas pueden bracear plácidamente en sus determinaciones, ya que una obra de un gran artista de Latinoamérica no se diluye en supuestos; es un capital en el cual la diana esta salvaguardada por ese diámetro apellidado trayectoria y reconocimiento que es el camino más corto para el tiempo girando sobre su propio eje.

Un virtuoso siempre desea exteriorizar una realidad aún estando esta en el subconsciente; su inconformidad suele urdir una columna cuyo contrafuerte desea con ahínco hollar cicatrices lacerantes en las cuales gran parte de la humanidad se ahoga. Cuando una obra de arte es cristalizada, finalmente el oscuro túnel circunscribe la luz ya que dos puntos diametralmente opuestos son la verdad unificada.Por lo tanto podemos colegir que invertir en un gran maestro latinoamericano es un vasto activo en donde el rendimiento es la fidelidad económica de la razón; pero para que esto sea así no hay que ignorar que un creador es la abstracción de una realidad. En el abanico, Carlos Cruz-Diez y Jesús Soto proponen la pregunta como una respuesta ya que en sus obras el tiempo-espacio está delimitado en un cosmos de color donde se procrean volúmenes ópticos y verídicos cuyas visagras son un fin para que el fondo no desafine y con este proceder nos permitan anhelar no saber nada para poder encontrarlo todo.Al contemplarse el horizonte brillan con lucidez incondicional los puntos que son cónclaves universales de la maestra Gertrude Goldschmidt, aquí la inflexión nace de aquello de “para que preguntarnos, si somos la respuesta” puesto que si algo invoca su obra es precisamente que une dos verdades para que ambas desaparezcan y así dar potestad para alcanzar el punto de encuentro por medio de sus majestuosas obras. Wilfredo Lam, este cubano universal nos transporta a través de las formas a orbes equidistantes en donde el espejo es un complejo maderamen de alusiones que nos adentran en una travesía portentosa ya que no siempre se retrocede en el tiempo al avanzarse, al indagar en si mismo para donar la respuesta de los demás. La virtuosidad de Alejandro Obregón, sus trazos mágicos y vigorosos son el epicentro de un brío connatural en el que habilitó la contradicción como una sumatoria de seguridades puesto que el infería que en la circunstancia de lo efímero dejamos de ser. Por está raíz, su obra se precia de ser insigne.

Palparse en un mundo donde la honra de la locura radica en su sensatez, haciendo del arte una oda a la libertad como objeción de una sustantividad social que suele colocar grilletes a las emociones, nos dignifica.

Suele acontecer que giramos en torno a 100 verdades y solo 1 mentira; he ahí, que no nos hallamos.Para desenlazar esto hay circunstancias en la vida que te otorgan experiencias como las que se pueden atesorar en Casa de Subastas Lefebre, cuyo Lauro a la excelencia por su compromiso con creadores e inversionistas, al discernir que en cada una de las metáforas individuales esta la significación ajena, nos acrecienta como personas.

Escrito por Manuel Ignacio Serrano Restrepo “Halcón”.

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