Vida Saludable

Las Infecciones ginecológicas

Los genitales externos y la vagina albergan una cantidad de bacterias y hongos que cohabitan en equilibrio, lo que permite incluso obtener las condiciones adecuadas para que ocurra la fecundación.

Durante nuestra etapa reproductiva, cuando los ovarios producen estrógeno y progesterona, la vagina está colonizada principalmente por lactobacilos, llamados así por su capacidad de producir ácido láctico a partir de los azúcares que contienen las células vaginales. Estos lactobacilos protegen contra infecciones vaginales mediante tres mecanismos complementarios: forman una barrera protectora que es impermeable a otros organismos, producen sustancias que evitan el crecimiento de otras bacterias y se alían con otras bacterias, potenciando este último efecto.  

La Ginecobstetra Carmen Mantellini, explica “Ese equilibrio puede romperse fácilmente ante diversas circunstancias, facilitando no sólo una condición llamada Disbiosis o Vaginosis bacteriana, sino también la infección por gérmenes de transmisión sexual”.

Enumerando algunas:

1.      Lo más frecuente es el uso de jabones de barra e incluso antibacterianos en el área genital. Estos productos son muy abrasivos, removiendo la grasa que produce la piel, rompiendo la barrera natural y disminuyendo el número de bacterias, lo que debilita esa capa impermeable que comentaba más arriba.

2.      El uso de cremas con color o fragancia, ya que son irritantes que también producen fisuras y aumentan la inflamación, facilitando la ruptura de la barrera.

3.      La falta de humectación facilita la sequedad vulvar y el engrosamiento de la piel, lo que limita la disposición de nutrientes para las bacterias, afectando la composición de esa capa protectora.

4.      El uso de toallas diarias, que aumentan la humedad local y producen flujo vaginal, lo que facilita la aparición de Disbiosis.

5.      Por último y no menos importante, al momento de las relaciones sexuales, se deben usar  lubricantes que refieran su osmolaridad y pH en el envase. La mayoría de los lubricantes comerciales son muy densos, rompiendo la unión de las células vaginales, y esas fisuras facilitan la inflamación y el ingreso de gérmenes de transmisión sexual.

“Las infecciones ginecológicas, sobre todo por gérmenes de transmisión sexual, están en aumento y en muchos casos facilitadas por todos estos factores. Estas pueden ser producidas por bacterias, parásitos y virus, o en ocasiones pueden coexistir  varios gérmenes a la vez. El peligro es que la mayoría no dan síntomas, produciendo inflamación crónica que se expresa en muchos casos muy tardíamente, con síntomas como dolor profundo, dolor con las relaciones sexuales o incluso dificultad para quedar embarazadas” asevera Mantellini.

Las infecciones por bacterias o parásitos pueden ser tratadas fácilmente, caso contrario cuando la infección es producida por virus. Pero la buena noticia es que las infecciones por VPH o hepatitis B cuentan con vacunas para su prevención.

La infección por el virus de inmunodeficiencia humana requiere tratamiento de por vida y la infección por el virus del herpes si puede producir crisis muy dolorosas y/o frecuentes, que pudieran afectar tu calidad de vida.

Para conocer mucho más de este tema, visita las redes sociales @Dramantellini 

      CORTESÍA:  O2 Comunicaciones

      @02Comunicaciones

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