Un amor habitado por los detalles
A Greysi Mena y Alejandro Torres el amor les sonrió “a segunda vista”, luego que en una fiesta de Halloween coincidieran sin saberlo, sostienen una relación fresca y cargada de detalles, risas y una comunicación efectiva, donde el amor se reinventa cada día, cuando les ha tocado hacer trabajos juntos se compaginan muy bien y Alejandro siempre está pendiente de ir al auxilio de su amada.
Basta solo con escucharles hablar el uno del otro para conocer a viva voz lo enamorado y felices que están en su relación, resalta Mena que fue la sonrisa de él, lo que cautivó su mirada. “Ahí me flechó”.
¿Cómo hacen para sorprender el uno al otro?
A.T.: Con Grey es fácil, incluso hacer una fiesta totalmente completa en la casa y ella no se da cuenta por qué ella está durmiendo.
G.M.: Una vez me pasó. Yo llegaba de un largo viaje de trabajo en México y me hicieron una fiesta en mi casa. Yo estaba en mi cuarto rendida, agotada, porque ese día llegué de un largo trayecto con escala y todo esto. Y no me di cuenta, cuando abrí la puerta del cuarto. Pancartas, el gentío, no cabía ni un alma en mi sala. Todo, todo, comida, bebidas. Yo no me di cuenta nunca de eso. Bueno, eso fue una anécdota muy bonita. Y Alejandro, no, también es fácil, también es fácil de sorprenderlo, de darle detalles que lo sorprendan.
¿Algunas anécdotas significativas y emotivas que han tenido como pareja?
A.T.: Creo que la más significativa fue después también de un larguísimo viaje que yo tuve como de ocho o nueve meses. Teníamos ya un año de noviazgo y me tuve que ir de viaje por estudio. Y cuando regresé, le di la sorpresa. Ella no sabía nada que yo estaba nuevamente en Venezuela. Apenas el primer día que llegué, la busqué. Y bueno, hablando inclusive de los detalles, ese día le pedí a un familiar, a mi mamá, que la llamara y que se encontraran. Y cuando se encontraron, yo estaba ahí y la sorprendí con un ramo de flores, con una carta. Ella lo que menos se iba a imaginar era encontrarme ahí.
G.M.: Y fue muy divertido porque Alejandro se puso detrás de mí con un ramo de flores bellísimo. Lo recuerdo perfectamente. Y yo veía a la gente que me miraba y yo, pero ¿qué pasa? ¿Por qué me miran? Y cuando volteé así, ¿qué? Bueno, fue la sorpresa del siglo. Realmente uno de los encuentros más emotivos. Otra sorpresa hermosísima fue cuando me dio nuestro anillo de compromiso. También fue emotivo. Me invitó a un almuerzo y en un ramo de flores bellísimo. Él me dijo: ¿te gustan las flores? Sí, bellísima, qué bello este ramo, no sé qué. Pero ¿te gustan las flores? Y tanta insistencia, pero velo bien, velo bien. Terminamos de comer, estábamos haciendo sobremesa, hablando, echando broma. Y él, ¿pero tú viste bien tu ramo? Y yo no me había dado cuenta, soy súper despistada, que dentro del ramo estaba el anillo de compromiso. Eso también fue una sorpresa hermosísima. Y así, bueno, infinidades de cosas que hemos vivido juntos.
Con respecto a las amistades, ¿tienen amistades diferentes o son amistades en común?
G.M.: Tenemos diferentes y en común. De hecho, quien nos presentó fue nuestro mejor amigo, el mejor amigo de Alejandro en los Scouts, porque Alejandro es Scout, yo también soy Scout, pero como adulto colaborador, y mi mejor amigo, y es mi mejor amigo en la universidad. Entonces él, que es nuestro Cupido, Eusebio, además se llama Eusebio Valentín, nos presentó, y ese fue así como que, bueno, él ha sido nuestro angelito de amor, el que nos acercó. Y sí, tenemos muchos amigos diferentes, amigos en común. Cada vez son más los amigos en común. De hecho, yo creo que mis amigos quieren más a Alejandro que a mí. Pero es porque Alejandro es realmente encantador y se deja querer.
¿Qué es mejor, tener afinidades o diferencias, ya que los dos trabajan en la misma área?
A.T.: No, definitivamente afinidades. Bueno, aunque es un equilibrio. Porque, por ejemplo, una de las tantas cosas que hacemos juntos es la radio. Y esa afinidad la vemos en vivo cuando estamos interactuando en cada uno de nuestros programas. Evidentemente, incluso como nos conocemos tanto, ya hasta con una mirada, un guiño, algo que le quiera decir no necesariamente tiene que ser verbal. Entonces, bueno, ha sido magnífica esta compenetración que tenemos a nivel de trabajo. En otros trabajos, bueno, soy el apoyo de Grey en sus eventos. Es de la misma manera. O sea, yo puedo estar a 10 metros de distancia, pero ella me mira y ya sé qué es lo que necesita y ya voy en el apoyo a ella. Sí, tal cual. De verdad que ha sido una bendición poder compaginar roles similares en proyectos afines. Y también, por ejemplo, dejar el turro de la batuta a quien la lleve.
G.M.: Por ejemplo, yo siento que en el programa de radio Alejandro lleva la batuta. Es el que estructura el guión, el que me indica a quién vamos a invitar. O sea, es el que lleva toda la estrategia y la visión del programa, por ejemplo. Cuando yo produzco eventos, él me da sus comentarios. Hacemos un trabajo como de retroalimentación, donde él me apoya y me sugiere cosas para mejorar. Y nos entendemos muy bien. Claro, ahí tú llevas la batuta. Sí, sí, pero indiscutiblemente, sin el apoyo que me brinda Alejandro, no sería igual.
¿Cómo celebran el Día del Amor y la Amistad? ¿Qué harán para ese día?
A.T.: Bueno, ¿qué haremos? No lo sé, pero siempre procuramos hacer algo especial, algo, digamos, que enfoque nuestra atención de una forma particular, que rompa la rutina. Así sea, si no vamos a comer fuera, a veces nos hemos inventado, inclusive, alguna comida aquí en casa. Pero es una comida especial y lo hacemos entre los dos. Un tapeo con un buen vino, nos ponemos a escuchar musiquita. Mira, una de las celebraciones que yo recuerdo fue en pandemia.
G.M.: Sí, creo que fue en pandemia o en el apagón, no recuerdo. Estábamos en casa. Pandemia. Y nosotros dos hicimos un bochinche que cualquiera que pasaba por aquí, por la casa o por el pasillo, bueno, se imaginaría que aquí había un bonchón. Teníamos karaoke, música, nos reíamos, echábamos broma, comíamos, tomábamos, pero, o sea, estuvimos hasta tarde en ese ínterin. La pasamos súper bien nosotros dos aquí. Y toda una fiesta y pusimos velas y todo estuvo súper romántico, súper bonito, pero como la pasamos fue tan divertido. Y yo creo que las carcajadas se oían en todo el edificio.
¿Lento o rápido? ¿Arriba o abajo? ¿Adentro o afuera? ¿De mañana o de noche?
G.M.: Ajá, aquí está la pregunta picosa, chiquita pero picosa. ¿Lento o rápido? ¿Lento o rápido?
A.T.: Lento.
G.M.: Y rápido, de las dos.
G.M.: ¿Arriba o abajo?
A.T.: Arriba.
G.M.: Abajo.
G.M.: ¿Adentro o Afuera?
A.T.: Adentro.
G.M.: Adentro, ¿verdad?
G.M.: ¿Y de mañana o de noche? De mañana.
A.T.: En la noche. Siempre veo televisión en la noche.
G.M.: Y yo de mañana me levanto muy temprano, activo, a hacer mil cosas.
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