La melancolía; sentimiento para reflexionar en la Navidad
Tachy Osorio Molina
La melancolía te envuelve muchas veces si estás recordando, bien sea de manera positiva o negativa lo que has vivido.
La R.A.E define la melancolía como tristeza vaga, profunda, sosegada y permanente, nacida de causas físicas o morales, quehace que quien la padece no encuentre gusto ni diversión en nada.
En la vida cotidiana muchas veces no sabes realmente cuando se manifiesta este sentimiento, ¿Cómo actuar? ¿Qué hacer? ¿Llorar? ¿Molestarse? Sin embargo, cualquiera de las acciones anteriores es válida.
Se dice que después de los 30 años, las personas se vuelven más reflexivas, puede ser por recibir el nivel de consciencia que trae la adultez y sus desafíos.
Esa etapa donde te preguntas y cuestionas si tu niño interior estaría orgulloso de ti, si los sueños y objetivos que te planteaste era los adecuados o si lo lograste, o hay que replantear objetivos.
Normalmente existe una etapa del año donde la melancolía hace de las suyas. LA NAVIDAD. Es algo mucho más profundo, mezcla de tristeza, soledad y nostalgia, el anhelo de haber perdido algo, en ocasiones incierto.
Las consultas de psicología se revolucionan cada año por estas fechas. Algunos pacientes empeoran cuando se acerca la Navidad, mientras que otros se defienden de ella abandonando temporalmente la terapia. Y es que esta época trae consigo regresiones. Esto quiere decir que una parte de nosotros regresa inconscientemente a estados mentales pasados.
Pero los duelos no sólo se hacen por la muerte de los seres queridos, sino por cualquier otra pérdida: la juventud, la belleza, el estatus, los sueños que no fueron alcanzados, etc.
Pero… ¿Qué es eso que hemos perdido? ¿Qué echamos de menos en Navidad? La melancolía navideña tiene que ver con la pérdida de la infancia y la inocencia, con el anhelo de la propia Navidad, aquella que una vez nos gustó. ¡Y nos gustó a todos! Porque nos hizo sentir que el mundo era un lugar mágico.
Para sobrellevar esto, lo más recomendable es no exigirse estar de determinada manera, cada quien vive las Navidades según su momento de vida. No preocuparse ante la nostalgia, pues es una emoción que reconforta, da seguridad y confianza y mantiene los vínculos más entrañables.
No excederse. Después de los excesos de cualquier cosa, pueden aparecer los sentimientos de culpa, tristeza y un vacío interior.
Conectar con el niño interior y revivir la magia. A niños y adultos nos viene genial tener ilusiones y esperanza. Eso nos mantiene vivos y con motivación hacia nuestro presente, aunque el pasado se haya ido.
No centrar nuestra atención solo en los que se han ido, sino también disfrutar de los que quedan.
Poder expresar el malestar de manera cómoda y fluida, sin necesidad de tener que hablar todo el tiempo de ello, pero tampoco teniendo que ocultarlo.
Y por supuesto, no olvidarte que existe la ayuda profesional para acompañarte.