Los niños que hacen actividades físicas desarrollan más inteligencia y neuroplasticidad
Recomiendan combinar juegos con rutinas de ejercicios
Cuando padres e hijos se ejercitan juntos se fortalecen los vínculos afectivos, a la vez que se enseñan hábitos saludables que lo ayudarán en su vida adulta
La recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es que los niños se ejerciten 3 veces a la semana durante 40-45 minutos y cuando adoptan estos buenos hábitos, los beneficios del ejercicio se extienden más allá de las destrezas físicas, porque también ayuda a su desarrollo cognitivo y psicológico.
Rainier Colmenares, entrenador de la cadena de salud y bienestar integral Gold’s Gym, explica que los pequeños que hacen actividad física constante adquieren neuroplasticidad y mejoran habilidades cognitivas como la inteligencia y la concentración, además de las ventajas que tienen para su salud cardiovascular y musculo-esquelética.
“En principio no hay limitaciones de edad para que los chamos hagan ejercicios o rutinas de entrenamiento, incluso, en la actualidad hay CrossFit para niños. Mientras más temprano aborden la actividad física o un deporte, su calidad de vida será mejor y los beneficios físicos y psicológicos se extenderán a la adultez, como la prevención de la obesidad y la hipertensión arterial. Mi recomendación en cuanto al tiempo para ejercitarse es la que hace la OMS y luego puede aumentar la duración de las rutinas de acuerdo con sus capacidades”, asegura Colmenares.
El instructor de Gold’s Gym resalta todos los beneficios del ejercicio cuando se comienza desde la niñez: Buen desarrollo muscular, mejor densidad ósea y movilidad articular, mejor salud cardiovascular y el incremento de la coordinación motora y la neuroplasticidad.
Desde el punto de vista psicológico, Colmenares señala que mejoran las relaciones interpersonales, los niños se vuelven más sociables, se adaptan con más facilidad a diferentes entornos y logran más motivación y concentración.
Juegos y entrenamiento en casa
El entrenador de Gold’s Gym, que cuenta con certificaciones en ejercicios funcionales, explica que los padres o instructores deben estimular el ejercicio a través del juego cuando se trata de infantes de 6 años a 9 años, dependiendo de su nivel cognitivo.
“Las actividades físicas también deben ser lúdicas, de manera que el niño replique los movimientos a través de una estrategia orientada a jugar. Cuando ya están más grandes, entre 10-12 años, que ya saben seguir instrucciones, pueden practicar micro ciclos o rutinas más específicas”, señala.
Indica que los jóvenes de 12 años en adelante, o que ya han entrado en la pubertad, pueden incorporar pesas dependiendo de sus capacidades.
A pesar de las limitaciones que impone la cuarentena social, Colmenares asegura que el entrenamiento en casa y junto a los padres es un buen escenario para empezar a desarrollar el hábito de ejercitarse.
“El ejercicio en familia va a fortalecer los lazos entre padres e hijos y a mejorar las relaciones interpersonales. Como todo, los primeros movimientos van a costar un poco y si los niños son pequeños necesitarán varias rutinas hasta que desarrollen la memoria muscular. Lo importante es captar su atención y la concentración que tengan va a depender de cuánto les guste la actividad que están haciendo y cómo se la enseñan los padres o un entrenador”, afirma Colmenares.